domingo, 27 de noviembre de 2011

Controlar lo incontrolable


Oscuro otoño sobre mi piel.
Pequeños suspiros de mis pestañas haciendo volar mi imaginación. Imaginación que de vez en cuando decide tener cuatro días perdidamente enamorada del recuerdo. De la revivencia del pasado. Dos partes incompresiblemente unidas en un último aliento.
No es un intento de reescribir mi pasado sino de tener un futuro con esos momentos, pero con ligeros cambios. Un final diferente, un momento que dure más. Un intento vano de creer que tengo el control suficiente para elegir de principio a fin mis acciones. Sabiendo lo que conseguiré con cada decisión. Pudiendo ver el final de cada camino y sus consecuencias. Controlando lo incontrolable.
Al final, ese último aliento se desvanece dejando como rastro pequeñas notas cuya brisa me araña el pelo.
Brisa que me recuerda que estoy aquí y ahora. El pasado se va quedando atrás mientras camino. Eso sí, sin separarse de mí.
Y es entonces, tras poner el punto final a esos cuatro días de enamoramiento fugaz, cuando me doy cuenta que yo misma soy mi propio descontrol.   Y aunque quiera controlarme, dejarse llevar suena demasiado bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario