jueves, 27 de enero de 2011

Correr


Corre deprisa porque cree que la vida le pilla y no está preparado, porque cree que ya no le quedan suspiros. Corre sin parar, porque parar significaría morir. Corre sin tiempo, porque ya perdió demasiado esperando, sentado a que algo pasara. Corre sin miedo porque lo peor que le podría pasar es que perdiera el rumbo, y corre para que esto no ocurra en su tiempo. Corre a la velocidad máxima permitida, sintiendo los baches directamente en el pecho. Corre sintiendo el viento en la cara, sin detenerse a ver el paisaje, aunque estudiándolo en su paso. Corre sabiendo que ya no volverá a pisar este asfalto, esperando quizá una carretera en obras que le permita descansar. Corre sin saber cuánto hay de estrada. Corre sin tiempo a lamentarse por las piedras que ha ido pisando. Corre porque queda poco, porque siempre queda poco y aún hay toda la vida.
Sé que en demasiadas ocasiones quiero volar cuando por defecto me tocaría andar. Pero  no soy como los demás. Las ganas de vivir y de conseguir todo lo que me propongo son todo.

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