martes, 25 de enero de 2011

El tiempo

Con tan sólo doce años me regalaron un libro que a penas pudo comprender en su totalidad. Ahora puedo comprender lo que intentaron explicarme con cada capítulo:
Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa en ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esa cosa es el tiempo.
Desde que tengo uso de razón o por lo menos desde que tengo recuerdo de ello he odiado perder el tiempo. Me frustra, me da rabia, me hace sentir aún más pequeña. Pero hace poco me dado cuenta de que yo, en muchísimas ocasiones,demasiadas diría alguien, he echo perder el tiempo a las personas que quiero. Aquellas que desearía que disfrutaran y exprimieran cada segundo. Porque sí, he pecado en innumerables ocasiones de querer correr más rápido que el tiempo, de querer ver lo que un anciano aún no ha tenido tiempo de ver.
 Sí, la verdad, es que he querido ser en mis sueños más profundos como una mariposa de Vietnam. Veinticuatro horas, un día, para vivir. No es que quiera un único día para tener todo. No quiero un día, quiero toda una vida, una larga vida. Pero, lo siento, en ciertos momentos, mis deseos de ser una preciosa mariposa de Vietnam aparecen en mi cabeza y me da por volar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario