viernes, 2 de diciembre de 2011

Una y otra vez


Y no sabes cómo pero vuelves. Deshaces tus pasos o mejor dicho, intentas pisar por donde lo habías hecho. Intentando que tus huellas se confundan en una.

Intentas por todos los medios recordar el olor, el sabor, la fuerza del viento, el sonido de fondo de ese momento y con el tiempo siempre acaba faltando algo. Como si los detalles se fueran desvaneciendo sin que pudieras hacer algo. Y decides anotarlo. Pasas horas anotando cada detalle para poder recordar todo con la claridad con la que lo viviste. Entonces viene el tiempo. Pasa sin que te des cuenta. Dejando atrás el dolor y, cuando quieres volver a vivirlo, te das cuenta que falta algo. E intentas buscarlo en tu cabeza. Una y otra vez.  Lo que en realidad necesitas es que algún que otro detalle más se te escape de las manos para darte cuenta de que igual no es la memoria lo que necesitas sino la otra parte de la ecuación para conseguir revivir una historia y escribir otra nueva.

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